viernes, 21 de septiembre de 2012

Los jóvenes requerimos escribir

La sociedad actual no promueve ni incentiva a leer y mucho menos a escribir. Al contrario de lo que sucedía antes de la llegada de la televisión, los jóvenes estamos sumergidos en una especie de sueño mediático. Antes que leer o escribir es mejor no gastar energía y someterse a la pasividad de la pantalla o a las relaciones virtuales de las redes sociales.

Si leer es una actividad cada vez más rara entre los jóvenes, el escribir es aún más extraño. La escritura es una forma de dar a conocer lo que pensamos. Es necesario que los jóvenes nos pronunciemos sobre la realidad del país, se trata de asumir nuestra responsabilidad en la construcción de nuestro propio futuro.

Pronunciarse no es realizar bloqueos, incendiar llantas o quebrar vitrinas. Se requiere estudiar la realidad y determinar qué está pasando, quiénes son los responsables de lo que ha sucedido y está aconteciendo. Los argumentos de la razón son más poderosos que los de la fuerza, por ello hay que tener posiciones debidamente informadas y realizar propuestas serias sobre el futuro.

Con lo dicho, nadie está desconociendo que existen grupos que monopolizan los medios de comunicación. Todos sabemos que si se remite un artículo de opinión con determinadas características o se plantea una tesis distinta a la línea ideológica del medio radial o televisivo, la consecuencia es la censura y el exilio mediático.

A pesar de lo anterior, hay que insistir en tratar de dar a conocer el pensamiento de nosotros los jóvenes. Hoy en día a la mayoría les atrae más la exposición mediática, es decir, en lugar de escribir prefieren aparecer en la televisión o en youtube desarrollando una actividad que los haga “famosos” en poco tiempo. Lo anterior, en principio, requiere un dominio limitado de las reglas del idioma y un esfuerzo de racionalidad menor que el sentarse a escribir.

La escritura, pareciera, ha dejado de ser atractiva entre los jóvenes. Muchos se cuestionan: ¿Para qué escribir artículos de opinión si la gente sólo lee a los que el medio de comunicación unge como “expertos”? Si bien es cierto hay una descalificación a priori de aquellas plumas que no son conocidas, no debemos cejar en este empeño de divulgación de nuestras ideas.

A muchos jóvenes, indiscriminadamente, nos clasifican como parte de la denominada generación Ni Ni. Independientemente que se trata de una falacia de generalización, existen muchos que se encuentran en ese perfil y que no tienen ni oficio ni beneficio. Algunos ni siquiera les interesa parecerse a Messi o Ronaldo, la desidia es tal que tampoco les ilusiona ser como Rihanna o Lady Gaga.

Para evitar estas iconografías, los jóvenes debemos desarrollar una nueva forma de ver la vida. Requerimos de una postura inteligente y contestataria ante la ideología que nos encasilla y nos limita. Es necesario que pensemos y escribamos las líneas maestras que van a guiar nuestras acciones para construir una mejor sociedad. Leer más y ver menos televisión, escribir más y jugar menos en el vídeo juego.

Requerimos modelos diferentes a los que nos han impuesto. Los futbolistas de nuestro medio podemos sustituirlos por referentes como: Clodomiro Picado, Joaquín García Monge, Omar Dengo, María Isabel Carvajal o Rodrigo Facio. A nivel internacional podemos fijarnos en personajes históricos como: Louis Pasteur , Jorge Luis Borges, Thomas Mann, Simone De Beauvoir o Max Weber, por citar algunos.

Insto a mis congéneres a leer, pero todavía más a escribir. Los anteriores personajes y muchos otros escribieron intensamente durante toda su vida. La escritura debe convertirse en una costumbre, con ella nuestro pensamiento se ejercita y podemos razonar de una manera más depurada. Siempre hay un mortal que lea lo que escribimos, manos a la obra, no vaya ser que la historia la hagan y la cuenten otros por nosotros.
Artículo publicado en El País.cr, 21 de setiembre de 2012. (7)

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